El 22 de marzo de 2020, desembarcaba en Italia, rumbo a la ciudad de Crema, la brigada médica cubana «Henry Reeve». Integrada por 52 profesionales del sector, la brigada llegaba al país en “ayuda solidaria de emergencia” para apoyar la lucha contra la pandemia de Covid-19. Prácticamente para salvar vidas.
Un mes más tarde, otra brigada,
conformada por 38 entre médicos y enfermeros, iba a prestar su servicio,
igual que la primera de forma solidaria y gratuita, en Turín.
Fueron
las propias autoridades locales de Italia, en plena primera oleada de
Covid y en acuerdo con el ministerio de Salud, a pedirle ayuda a Cuba.
Por
la crisis originada por la pandemia, pero también por la escalada
privatizadora de la salud pública italiana y el desmoronamiento de la
sanidad territorial, la situación estaba fuera de control.
“Fue
una experiencia extraordinaria, un mensaje contundente de lo que
significa el derecho a la salud universal”, dice Anna Camposampiero,
activista internacionalista comprometida en varios frentes sociales y
políticos.
“En Italia hicimos de la salud un negocio, convertimos
a las personas en pacientes y las deshumanizamos. La brigada de médicos
cubanos, además de un altísimo profesionalismo, trajo consigo valores
fundados en el humanismo martiano, que pone al centro la dignidad de la
persona humana”, enfatiza la activista.
“No son clientes, ni
pacientes, ni números, sino seres humanos en apuros que necesitan ayuda.
Esto fue importantísimo, dejó una huella imborrable y nos dio una idea
del compromiso personal y profesional de todas estas personas.
Quien
busca a trabajadores esclavizados, mejor busque en otra parte…”,
manifiesta sarcásticamente Camposampiero en relación a la campaña
denigratoria impulsada por Estados Unidos.
Socavar prestigio internacional
El
pasado 25 de febrero, Estados Unidos anunció una ampliación de la
restricción a los visados, impuesta contra aquellas personas que se
beneficiarían de una supuesta “explotación laboral” de trabajadores
cubanos en el extranjero.
Apegándose a eso, Estados Unidos
mantiene a Cuba en una lista negra de países que no cumplen con los
estándares mínimos de lucha contra la trata de personas.
El blanco de esta nueva escalada persecutoria son las misiones médicas.
Esta
medida, insiste el Departamento de Estado, se aplicará a trabajadores
actuales o antiguos del gobierno cubano y a funcionarios de gobiernos
extranjeros (y familia inmediata) que están involucrados en programas y
misiones médicas.
La acusación de la administración Trump es de
“trabajo forzoso”, es decir “prácticas laborales abusivas y
coercitivas”, cuyo único objetivo sería el de “enriquecer al régimen
cubano”, dejando a “los cubanos normales y corrientes sin la atención
médica que necesitan desesperadamente en su país de origen”.
Por
supuesto ninguna mención al criminal bloqueo económico, comercial y
financiero que, desde hace más de 60 años, golpea y tiene en vilo a la
isla y su población.
“Lo que está haciendo Trump en estos días
está en perfecta continuidad con las políticas adoptadas hacia Cuba
durante su primer mandato. Fueron 149 las medidas que recrudecían la Ley
Helms-Burton aprobadas en víspera de finalizar su período”, recuerda
Camposampiero.
Otra señal fue el nombramiento de Marcos Rubio como nuevo secretario de Estado. El exsenador por el estado de Florida construyó su carrera política sobre el anticastrismo y los ataques a la revolución cubana y a todos aquellos gobiernos latinoamericanos que no comulgan con la nueva versión de la Doctrina Monroe.
“Atacar a
las brigadas médicas tiene el claro objetivo de deslegitimar a otro
bastión de la revolución cubana”, asegura la activista.
Actualmente,
hay decenas de miles de médicos y enfermeros desplegados en más de 60
países del mundo, en su mayoría para trabajar con poblaciones
desatendidas o con pocos servicios.
Entrevistado por Efe, el entonces embajador cubano en Italia, José Carlos Rodríguez, remarcó este concepto.
“Nunca
hemos establecido condicionamientos para brindar esa ayuda médica al
mundo. Partimos de convicciones muy firmes. Cuando hay una necesidad
humana, en este caso en el ámbito de la salud, nosotros nos sentimos en
el deber y en la disposición de brindar nuestra ayuda y apoyo”.
Los pilares del servicio médico cubano
Socavar
el prestigio internacional de las misiones médicas cubanas sigue siendo
el objetivo principal de la administración estadounidense, al tiempo
que también pretende atacar los ingresos que el gobierno revolucionario
recibe por la exportación de servicios médicos a países y gobiernos que
los solicitan.
Cuatro son los pilares del servicio médico cubano
hacia el exterior: brigadas médicas de respuesta a emergencias (en un
año, las brigadas Henry Reeve atendieron a 1.26 millones de personas en
40 países en situación de crisis por el Covid), establecimiento de
aparatos de salud pública en el extranjero, formación médica para
extranjeros y tratamiento de pacientes extranjeros en Cuba.
Humanismo, solidaridad, investigación científica, formación y capacitación, oferta de servicios de altísima calidad.
Desde
1963, cuando inició la tarea titánica de los médicos cubanos, la mayor
de las Antillas ha mandado más de 400 mil sanitarios por todo el mundo
en al menos 180 países.
Cuba invierte anualmente en concepto de
Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) el equivalente al 6.6% del
PIB, la proporción más alta del mundo.
“En comparación, la media europea fue del 0,39% del PIB y Estados Unidos contribuyó con solo el 0,17%. Dado que el bloqueo estadounidense le costó a Cuba entre 4 y 5 mil millones de dólares anuales, sin esta carga la isla podría haber duplicado su contribución a la AOD”, explica el reciente reportaje[1] de Jacobin Revista.
Actualmente, los médicos cubanos operan en
alrededor de 60 países, más del 40% de ellos no paga nada, mientras que
en los 35 países restantes se comparten los costos según una escala
móvil. Cuando el gobierno anfitrión paga todos los costos, lo hace a un
precio inferior al que se cobra internacionalmente.
Un ejemplo emblemático es el de la región sureña italiana de Calabria.
En
ese caso, las autoridades locales, desesperadas por la desastrosa
situación sanitaria de la región, acordaron con la Comercializadora de
Servicios Médicos Cubanos la presencia escalonada de unos 500 médicos y
enfermeros.
El personal devenga salarios equiparados a los de sus
colegas italianos y se desempeñan en las estructuras sanitarias
repartidas por toda la región.
“En la situación en la que nos
encontrábamos, al límite de nuestras fuerzas, ver llegar a decenas de
profesionales entusiastas y de buen corazón, también levantó el ánimo de
quienes trabajaban en el hospital”, dice Francesca Liotta, dirigente
sanitaria del hospital de Polistena (Gioia Tauro), a medios
nacionales[2].
“Es gracias a su presencia que hemos logrado
mantener abiertas la sala de emergencia, la unidad de cuidado intensivo y
pediatría. Nos permiten enfrentar cualquier emergencia”, subraya
Liotta.
Más ataques
A medida que fueron aumentando
las exportaciones de servicios médicos y profesionales, llegando a
representar una de las mayores fuentes de ingreso de la isla y una
valiosa herramienta contra el criminal bloqueo estadounidense, también
fue avanzando la campaña de deslegitimación impulsada por Estados
Unidos.
Después de su gira por Centroamérica, durante la cual
bajó línea a los gobiernos satélite de Estados Unidos (Guatemala, Costa
Rica, El Salvador y Panamá), Marco Rubio inició este 26 de marzo una
gira por los países caribeños.
Para el jefe de la diplomacia
estadounidense, los médicos cubanos deben ser contratados directamente
para que trabajen “por voluntad propia y con libertad de movimiento y de
expresión”. Sólo así, asegura Rubio, se estaría luchando contra la
trata y el tráfico de personas.
Si por un lado las cosas le
salieron relativamente fácil en América Central, por el otro, varios
países de la Comunidad del Caribe (Caricom) ya han criticado las
restricciones anunciadas por Estados Unidos.
“Una herencia de nuestra lucha”
“Nuestros
profesionales de la salud no van a buscar riqueza, ni privilegios, sino
que van a curar, a consolar, a enseñar, porque su deber es con la
humanidad y con los pueblos”, dijo José Ángel Portal Miranda, ministro
de Salud Pública de Cuba durante una gira por varias naciones del
continente africano.
“Cuba ha sido sinónimo de vida, de entrega,
de sensibilidad y de compromiso. Por más que Estados Unidos ha intentado
desacreditar esa labor altruista con campañas infames, no ha logrado
tener éxito, ni lo tendrá”, continuó.
“Y porque nuestra vocación
no se compra ni se detiene, seguiremos brindando ayuda a los pueblos del
mundo. Lo hacemos por principios, por historia, por compromiso. Es
herencia de nuestra lucha por la justicia social, por la soberanía, por
un mundo más humano”, concluyó Portal Miranda.
Camposampiero reafirma el mismo concepto.
“Esta
gente que lanza campañas de odio y deslegitimación ni siquiera logra
concebir que pueda existir algo diferente de su visión capitalista
neoliberal, basada en el individualismo desenfrenado y en la lógica
perversa de mors tua vita mea”.
“Por eso –concluyó– nunca podrán entender algo que es propio de la filosofía martiana: nuestra patria es la humanidad. La solidaridad entre seres humanos hecha acto y realidad, la dignidad y la formación de la persona humana a través también de la cultura, del estudio, de la salud”.
Notas:
[1] https://jacobinlat.com/2025/03/cuba-envia-medicos-ee-uu-envia-sanciones/
[2] https://www.ilpost.it/2024/03/08/cuba-calabria-medici-cubani-come-sta-andando/
Fuente: LINyM
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