Al mismo tiempo, financian informaciones en los medios para que hablen de reclutamiento y sobre cómo hacer frente individualmente a una guerra, o difunden informes de servicios de inteligencia, como el alemán, asegurando que pronto se va a producir un ataque ruso a la OTAN.
No explican, sin embargo, para qué querría atacar Putin a algún país
europeo, qué ganaría con eso, o cuándo ha dicho que pudiera o deseara hacerlo.
Deliran y les vale todo, con tal de hacer creer a la población que la guerra es
inminente e inevitable y que la única solución es aumentar el gasto militar, su
negocio.
Hay que dejar ya de disimular y es imprescindible que, por cualquier vía en la que sea posible, digamos a los dirigentes de la Comisión Europea, a los parlamentarios y a los líderes de los partidos que el objetivo de prepararse para la guerra contra Rusia es una auténtica locura. La mejor forma de provocarla.
Hay que decirles que si Europa se ha quedado ahora desnuda, cuando los
Estados Unidos de Trump ha girado en su posición estratégica, es porque los
dirigentes europeos no han promovido nunca una auténtica política de defensa,
sino que se han limitado a propiciar que el gasto militar sea lo mismo que para
ellos es Europa, un negocio para las grandes empresas y bancos. Exactamente lo
mismo que se proponen hacer ahora. No buscan defendernos. Se inventan un
enemigo para justificar el gasto multimillonario del que sólo se aprovecharán,
ganando aún más dinero con recursos públicos, los mismos de siempre.
Hay que decírselo: son los dirigentes de la Unión Europea los que está
creando las condiciones para que la guerra se produzca si siguen por este
camino. Exactamente lo mismo que sucedió cuando, siguiendo a Estados Unidos,
apoyaron la estrategia de acorralamiento a Rusia que terminó con lo que todo el
mundo sensato vaticinaba que iba a suceder.
Ya he explicado en otros dos artículos (aquí y aquí) que es imposible que, con el programa de rearme que se
proponen llevar a cabo, se defienda realmente a Europa o se consiga más
seguridad frente a cualquier tipo de amenaza. De hecho, en lugar de disipar las
que pudieran existir, hará que aumenten y aparezcan otras nuevas.
No se puede creer que los dirigentes europeos busquen de verdad lo que
dicen: crear un auténtico ejército europeo. No pueden buscar eso de veras, como
aseguran, porque -para formar un ejército europeo- lo que principalmente se
necesitaría no es más dinero sino, sobre todo, que exista un único «mando», una
única autoridad, una verdadera unión política, una Europa federal. Y esta es
una aspiración a la que hace tiempo renunciaron para dejar a Europa reducida a
ser un mercado único que ni siquiera ha sido capaz de generalizar el uso de su
propia moneda. No van por ese camino: bastó ver a Macron ofreciendo a los demás
países la bomba nuclear de Francia pero reservándose para sí la decisión de
cuándo y cómo usarla. O a los líderes europeos dejándose convocar y liderar
para fijar estrategias por el único país que se ha salido de la Unión.
Y tampoco se puede creer que sea aumentando aún más el gasto militar como
se disiparía la amenaza que pueda suponer Rusia. Los países de la Unión Europea
en su conjunto ya realizamos el segundo mayor gasto militar del planeta
-350.000 millones de dólares- tras Estados Unidos -968.000 millones- y por
delante de China -235.000 millones. Aumentando sin cesar las armas no se ha
conseguido la paz. El peligro de guerra con Rusia se eliminaría si se le da el
lugar que debería corresponderle en las instituciones y los acuerdos
internacionales y si se negocia y se respeta, si no se provoca ni acosa, y si
se cumplen los acuerdos que se firman, lo cual -hay que decirlo- no es lo que
ha hecho la Unión Europea, ni sus diferentes países, por su cuenta, como
miembros de la OTAN.
No exculpo a Rusia bajo el liderazgo de Putin de todo lo que ha sucedido y
sucede. Ni mucho menos. Sólo escribo esto porque las cosas son como son, porque
me importan y les hablo a quienes me representan y gobiernan y porque creo que
tengo la obligación moral de decirles que vienen actuando desde años como
auténticos pirómanos y con una doble moral que avergüenza e indigna.
Para defender a
Europa, empecemos por construirla como algo más que un mercado, como un bastión
de democracia y derechos humanos y con las herramientas y políticas comunes que
generan cohesión, bienestar e identidades, valores y sueños compartidos.
Fuente: https://juantorreslopez.com/los-dirigentes-europeos-estan-jugando-con-fuego/