En una nota aparecida en el periódico digital El Mostrador se informa acerca de;
Unión Europea se une a Chile y lanza proyecto para la recuperación de minerales críticos.
La nota informa: “La Unión Europea y Fraunhofer Chile lanzaron el proyecto OPTIMINER, una iniciativa destinada a optimizar la extracción y procesamiento de materias primas críticas (CRMs) mediante tecnologías avanzadas y soluciones sostenibles. Cofinanciado por el programa Horizonte Europa con € 7,3 millones, el proyecto cuenta con la participación de veinte socios de Grecia, España, Alemania, Finlandia, Polonia, Austria, Bélgica y Chile, fortaleciendo la cooperación entre la UE y Chile en el ámbito minero.”
“Sóplame este ojo” es una expresión chilena que denota incredulidad ante las supuestas buenas intenciones de alguien. Y la verdad es que, históricamente, los intentos de la Unión Europea (UE) —sobre todo con actores alemanes involucrados— por intervenir en los recursos naturales del país han generado sospechas. No es para menos: hoy resurge en Alemania el debate sobre su pasado pro nazi (DW, 2023), mientras sus empresas replican prácticas abusivas en Chile.
El doble estándar europeo: De la explotación laboral a la crisis social chilena
Ejemplos no faltan: desde supermercados que obligaban a sus trabajadoras a usar pañales para no abandonar las cajas (BBC, 2021), hasta sectas que estafaban familias para encubrir redes de pedofilia (CIPER Chile, 2022), o políticos que esconden fortunas en paraísos fiscales mientras recortan derechos sociales (La Bot Constituyente, 2023). A esto se suman grupos extremistas —religiosos y económicos— refugiados en el sur del país, aprovechando su lejanía geográfica.
Paradójicamente, Chile es hoy socio estratégico de EE.UU. por el cobre y de Europa por el litio (Reuters, 2023). Mientras, su población sufre: niños en vulnerabilidad, salarios indignos, y servicios básicos —salud, educación, pensiones— convertidos en mercancías (Informe PNUD, 2022).
Hacia una Asamblea Constituyente soberana: Recursos para el bienestar local
Frente a esto, la respuesta debe ser clara: los recursos naturales deben servir primero al pueblo chileno. La próxima Asamblea Constituyente —popular, territorial y soberana— deberá garantizar que su explotación priorice el buen vivir según las culturas y necesidades locales (El Mostrador, 2023). Como dice el lema mapuche: “Küme mongen“ (vida armoniosa). Europa, con su mundo siniestro de extractivismo e hipocresía, bien podría aprender de ello.