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Panamá
¿Cómo el Memorando de entendimiento lacera nuestra soberanía?
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Por Abdiel Rodríguez Reyes | 28/04/2025 | América Latina y Caribe
Fuentes: Rebelión
Hoy nuestra soberanía hoy nuestra soberanía está en riesgo. El gobierno panameño firmó un Memorando de entendimiento entre el Ministerio de Seguridad Pública de la República de Panamá y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América, relativo a las actividades cooperativas en materia de seguridad en Panamá.
Esto luego de que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump haya planteado “recuperar” el Canal de Panamá para lo cual no descarta la “acción militar”. Esto es parte del irredentismo imperial de Trump, de querer anexarse un territorio, así como quiere hacer con Groenlandia y Canadá.
Realmente
el Memorando es una ignominia. 22 artículos y dos anexos, el A que
trata de las Ubicaciones autorizadas e instalaciones y zonas
designadas, el B que establece definiciones, por ejemplo, el personal
que estará en dichas instalaciones, Es una vergüenza que nuestras
autoridades hayan firmado ese documento. Son los 22 artículos de la
vergüenza que laceran nuestra soberanía. Además, es un irrespeto a
nuestra memoria histórica: a los mártires de enero de 1964 y los
caídos en la invasión de Estados Unidos a Panamá en diciembre de
1989. Así como Estados Unidos tiene sus intereses, nosotros estamos
obligados a tener los nuestros con respecto a la defensa de nuestra
soberanía.
Estructuralmente
el imperialismo estadounidense siempre ha actuado con una arrogancia
que lo caracteriza. Desde 1856 con el conocido incidente de la tajada
de la sandía, la arrogancia imperial está a flor de piel. Así
vemos como un estadounidense desembarcó en Panamá, tomó una tajada
de sandía que no quiso pagar a un humilde vendedor dando como
resultado un tiroteo. Esa arrogancia de ayer, no la permitimos, como
tampoco la vamos a permitir ahora. Panamá es un país digno y se
tiene que respetar. Lo demuestra su histórica lucha generacional por
la recuperación de la zona del canal.
Si
el gobierno en lugar de defender los más caros intereses de la
patria se coloca de lado de los imperialistas, estará cavando su
propia tumba. Como bien lo explicó ya André Gunder Frank y Ricaurte
Soler, estamos ante “lumpenburguesías”, su proyecto de nación
se circunscribe estrictamente en defender sus propios intereses de
clase. Hoy necesitamos enarbolar la bandera panameña bajo las
consignas de los jóvenes revolucionarios de enero de 1964: “un
solo territorio, una sola bandera”. Por más que quieran
tergiversar la realidad y nuestra historia, la verdad triunfará
porque es revolucionaria.
Se
dice constantemente que no hay y no habrá bases militares en Panamá.
Si revisamos el Diccionario panhispánico
del español jurídico y buscamos qué
significa base militar, es muy simple: es el territorio que un Estado
pone a disposición de otro con fines militares y, añade a través
de un tratado. El anexo A del Memorando es bien claro y establece
cuáles son esas instalaciones y ya sabemos para qué fines son: de
“entrenamiento regular militar”. El pueblo panameño no quiere ni
bases militares, ni presencia militar estadounidense en territorio
nacional. Por lo tanto, no es legítima, ni legal, dicha presencia y
genera indignación en amplios sectores de la sociedad.
La
lucha por la defensa de la soberanía va en varias direcciones, ya se
adelanta a través de la vía legal con las demandas de
inconstitucionalidad, fundamentalmente porque violan el artículo V
del Tratado de neutralidad, y que dichas colaboraciones que implican
presencia militar cerca del Canal de Panamá requieren realizarse a
través de un Tratado, lo cual implicaría someterlo a referéndum.
Una de las demandas propone la realización de inspecciones a las
áreas geográficas en cuestión, ya que, en el contenido del
Memorando, se establece pedir permiso para poder acceder a algunas de
esas instalaciones gestionadas por militares estadounidenses. Eso es
el colmo, estamos ante un triste retroceso histórico.
El
mismo Memorando establece que puede darse por terminado si alguna de
las partes así lo considerase, con seis meses de antelación. Este
es un intento de recuperar el canal, para lo cual requerimos estar
atentos a las operaciones bilaterales que realizarán ambos
gobiernos. Porque muchas veces se utilizan estas argucias para lograr
sus objetivos. Para encarar el voraz apetito imperial, requerimos
transitar hacia un proyecto nacional, popular y revolucionario. Es
tiempo de la acción política para encarar esta ignominia imperial.
Abdiel Rodríguez Reyes. Profesor universitario e investigador.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.