Cuando se vivían los días finales de la II Guerra Mundial, el mundo registraba el ocaso de los genocidas. Benito Mussolini y Adolfo Hitler caían abatidos como consecuencia de la derrota categórica de sus ejércitos y de las fuerzas operativas que los habían mantenido al Mando y con las que buscaban forjar lo que el líder nazi llamara “un milenio de dominio pardo”. Al evocarse en nuestro tiempo el 80 aniversario de la caída del fascismo, y rendir justo homenaje a la Unión Soviética, a su pueblo y a su glorioso Ejército Rojo, es indispensable recordar las palabras del periodista checo Julius Fucik: “Hombre, a nada temáis, solo al fascismo. Estad alerta!”.
80 años de la derrota del nazifascismo. El ocaso de los genocidas
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