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Petro, el coletazo final para acabar con lo que queda de izquierda en Colombia

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Petro, el coletazo final para acabar con lo que queda de izquierda en Colombia

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Por Alberto Pinzón Sánchez | 26/04/2025 | Colombia

Fuentes: Rebelión

Es triste comprobar que los análisis cautelosos de perspectiva que hicimos al comienzo del gobierno de Petro no solo se han cumplido sino, que además la cautela se ha tornado una advertencia de peligro grave. Y la carta privada hecha pública del excanciller del gobierno Petro, Alvaro Leyva, por lo demás bastante creíble, se ha convertido en el broche que cierra uno de los episodios más oscuros de los gobiernos contrainsurgentes de Colombia.

La carta testimonial pública de Leyva, un exalto cargo del Gobierno de Petro, pone en la discusión pública nacional como internacional, entre otros temas, el hecho médico de las adicciones a “sustancias psicoactivas”, que incluye 10 tipos: Estimulantes (cocaína y anfetaminas etc) alcohol, cafeína, cannabis, alucinógenos, inhalantes, opioides, tabaco, sedantes y ansiolíticos y, son una enfermedad psiquiátrica contemplada y confirmada por el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, DSM 5, bajo los siguientes criterios:

Un hecho médico, que se debe manejar bajo el criterio de la
protección de la esfera privada y la ciencia médica debe garantizar esa esfera.
La dificultad comienza, como en los adulterios, cuando se vuelve un secreto a
voces, se sale de las manos del médico tratante y se torna un asunto público. Dificultad
que se agrava cuando la situación implica a un gobernante que tiene bajo su
mando altísimas responsabilidades públicas y de Estado, y se rompe definitivamente
de manera irreversible la separación entre lo público y lo privado. Esto
es lo que se está viviendo en este momento en el gobierno de Colombia.

No es un desgarramiento dentro del partido gobernante del Pacto Histórico, tras la carta documental hecha pública, de uno de sus miembros destacados, y menos aún de la izquierda colombiana, como quiere presentarlo la falsimedia del Régimen y la prensa adicta. Es un problema (OJO) privado vuelto público, que toca todas las esferas de la sociedad colombiana.

Y como tal, es a la sociedad la que le corresponde resolver,
sin el moralismo y la culpa tan presente en los juicios colombianos; sino basándose
en hechos y en RESPONSABILIDADES correspondientes.

Mi cautela con el M19 es antigua: Desde finales de los años 60 en la Universidad Nacional de Bogotá, con los militantes del M 19 que cursaban estudios de Antropología, tuve una reserva semejante o mejor, la desconfianza de que el M19, (conformado por desertores y renegados de las originarias Farc, aventureros extremistas de origen extranjero y, los tres hermanos Pizarro hijos del Almirante Rojaspinillista y anticomunista Juan Antonio Pizarro García), era una herramienta de la Inteligencia Militar Contrainsurgente, vestida con ropaje ultra-revolucionario para golpear a la Izquierda resistente de origen comunista.

Las innumerables barbaridades y crímenes de lesa humanidad, que
rebasan este escrito, perpetradas durante su accionar armado por ese grupo guerrillero
y su aliado de Tacueyó, la mayoría en la impunidad, así como su sinuoso accionar
político anticomunista posterior a su desarme. Aunados al intento actual
del presidente Petro, de resucitar el estropicio político de una organización extinta
hace décadas como el M 19, tomando la bandera del Bolivarismo, del cual
no tiene nada, aprovechándose, de manera artera, el día de la posesión presidencial
07.08.22), de la simbología libertaria anticolonial de una de las espadas robada,
violentamente en 1974, en la casaquinta del Libertador en Bogotá.

El descarado nepotismo
familiar, las sórdidas alianzas con reconocidos compinches de rumba y personajes
tránsfugas de los partidos del Bloque de Poder contrainsurgente, en especial del
hipócrita y astuto J.M Santos, quien HOY, cuando ve el naufragio petrista, en
lugar de apoyarlo como aliado que fue, vuelve a lo suyo pidiendo garrote contra
el pueblo trabajador resistente, en lugar de la zanahoria que para ÉL significó
la promesa presidencial de la paz total que los ministros de su partido y
consejeros de paz de su casa editorial, apoyaron y trataron de implementar (Ver
en : https://www.elpais.com.co/colombia/juan-manuel-santos-asegura-que-la-paz-total-ha-sido-un-total-fracaso-y-que-petro-ya-no-tiene-tiempo-para-dar-resultados-2348.html

A lo cual se le pueden agregar los estrepitosos bandazos gubernamentales, jugando demagógicamente con las expectativas “progresistas” de los votantes populares confundidos y de los militantes de los movimientos sociales y de los estallidos sociales del 2019-2021, sobre los que cabalgó la elección presidencial de Petro; parece que han ido dándome la razón, tantos años después.

Dicho lo anterior, se puede pensar que el coletazo actual del gobierno de Petro no es algo caído del cielo, sino que tiene sus orígenes anticomunistas y contrainsurgentes y su razón de ser: Primero, NO es un desgarramiento dentro del alma del partido gobernante del Pacto Histórico, y menos aún de la izquierda colombiana, como quiere presentarlo la falsimedia del Régimen y la prensa adicta. Es un problema (OJO) privado vuelto público, quetoca todas las esferas de la sociedad colombiana.

Segundo, ya es un hecho social y como tal, es a la sociedad la que le corresponde resolver, sin el moralismo y la culpa tan presente en los juicios colombianos; sino basándose en hechos y en RESPONSABILIDADES correspondientes.

Tercero, su razón de ser debe buscarse en una maniobra política y contrainsurgente de gran calado con el fin de cooptar con promesas electorales de izquierda llamadas progresistas, la Movilización Social y de Resistencia Popular, para ponerlas bajo la dominación del Régimen dominante y concluir la demolición total y desaparición política e ideológica que significó la burla contrainsurgente al cumplimiento del Acuerdo de Paz (original) pactado en la Habana 2016, con la finalidad estratégica de obstruir por cualquier medio y durante largo tiempo, la Solución Política al llamado conflicto interno colombiano o guerra civil mutante actual.

Cuarto, demolición, que vislumbra el ludópata timador
J. M Santos, con más garrote para el Pueblo trabajador que dará el nuevo gobernante
Trumpista, tipo Noboa o Bukele, que se elegirá muy seguramente sobre las ruinas
de la demagogia delirante del actual presidente Petro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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