Internacional

Temas vigentes de Geopolítica. Selección de información de fuentes verificadas.

Detectores de metales en las escuelas. ¿Seguridad vs. derechos?

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Detectores de metales en las escuelas. ¿Seguridad vs. derechos?

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Por Juan González López | 02/04/2025 | Chile

Fuentes: Rebelión

Una escuela sin derechos es una escuela sin democracia, es un lugar donde se naturaliza el autoritarismo. Esa es la escuela que quiere la derecha, la que promueven los medios de comunicación, y que muchas comunidades, ante la impotencia y el miedo, podrían aceptar. ¿Con qué fin? Exorcizar la democracia escolar, quizás como un paso previo para erosionar la democracia en la sociedad.

Los medios de comunicación de masas han mostrado una sucesión de hechos para declarar el imperio de la violencia y el descontrol en las escuelas. Uno de los hechos que más resonancia ha tenido, hasta ahora, es el caso de un niño diagnosticado con TEA que descompensado, habría agredido a una profesora. Todos los canales de televisión expusieron la situación, polarizando a la comunidad educativa a nivel nacional. Incluso el Colegio ..

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La CAM frente a operativo en lof Pidenco

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La CAM frente a operativo en lof Pidenco

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Por Coordinadora Arauco Malleco | 02/04/2025 | Chile

Fuentes: Rebelión

Manifestamos con mucho orgullo, haber cumplido el mandato espiritual y la voluntad de nuestro peñi, defendiendo con decisión el territorio recuperado, dejando en claro a este Estado colonial , al gobierno lacayo de Boric, sirviente de las forestales que el territorio mapuche es sagrado, que la voluntad de los weichafe camche se mantiene inalterable y que seguiremos resistiendo, incluso ofrendando la vida si fuese necesario.

Al pueblo Nación Mapuche, a la opinión pública en general, respecto al segundo operativo en el lof Pidenco, territorio nagche declaramos lo siguiente:

Kiñe: Que desde el eluwun de nuestro peñi Toño Marchant yem se acordó el resguardo del cuerpo de nuestro peñi. Posteriormente la familia y su equipo jurídico plantean la idea de exhumar el cuerpo, sin pensar que esto se llevaría a cabo con me..

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La farsa del alto el fuego

Tras el golpe de Estado del Maidan en 2014, el nuevo Gobierno ucraniano decidió ocupar y someter a las repúblicas del Dombás y Lugansk. Se inició la guerra civil, que en esta fase concluyó con el cerco de las tropas ucranianas en Ilovaisk. Miles de soldados murieron. Las fuerzas ucranianas fueron derrotadas y se pidió un acuerdo de paz, clamando: “Estamos listos para la paz”. ¡Negociemos! Se firmaron los Acuerdos de Minsk-1, que no fueron respetados por la parte ucraniana. Los bombardeos contra la población civil continuaron y la guerra se intensificó. En 2015, nuevamente, las tropas del Gobierno fueron cercadas y derrotadas por los independentistas en Debáltsevo. El Gobierno volvió a clamar: «¡Alto a la guerra! ¡Queremos la paz!». Se concluyó el tratado de Minsk-2, que tampoco fue honrado por la parte gubernamental. La excanciller alemana Merkel, el expresidente francés Hollande y el expresidente ucraniano Poroshenko declararon públicamente que nunca tuvieron intención de cumplir los acuerdos, querían ganar tiempo para rearmar al ejército ucraniano.

El 24 de febrero de 2022 se reinició la guerra con la participación directa de las tropas rusas, que se acercaron a Kiev. Los militares rusos tomaron el aeropuerto Antonov en la capital en una acción relámpago mientras suprimían las defensas antiaéreas. La situación militar para las fuerzas ucranianas y la capital del país era muy difícil. El Gobierno ucraniano nuevamente pidió negociaciones y puso como condición la retirada de las tropas rusas de los arrabales de Kiev: «Estamos listos para negociar», dijeron nuevamente. El 6 de marzo se firmó un preacuerdo que hubiera podido poner fin al conflicto, pero la parte ucraniana asesinó en Kiev a su principal negociador, Denis Kireev.

En 2025, las fuerzas ucranianas colapsan en la región de Kursk. ¿Adivinan qué van a decir? …

La retórica de Trump sobre el final de la guerra ucraniana no ha soportado la prueba del algodón. Estados Unidos y Ucrania llegaron a un acuerdo de alto el fuego por 30 días durante las conversaciones en Yeda. Ha sido una forma de enmendar el mal paso dado por Zelenski en el Despacho Oval. Sin interrupción, Trump se atribuyó el éxito y acto seguido anunció el levantamiento de las restricciones a la ayuda armamentística y de inteligencia con Ucrania.

Queda claro que es EE.UU. el que ha permitido que el régimen ucraniano perviva hasta este momento. Es EE.UU. el que define los objetivos de los misiles Himars que castigan las ciudades rusas. Moscú sabe que un alto el fuego de 30 días sería una bendición para Ucrania, ya que permitiría detener el avance ruso, nivelar sus líneas y rearmarse con los nuevos envíos de material prometidos por Trump. Rusia perdería la ventaja táctica y operativa que ahora ha conseguido a un alto precio y, una vez recuperada, Ucrania podría, con redoblado apoyo occidental, rechazar las condiciones de paz.

El ministro de exteriores ruso Serguéi Lavrov lo ha expuesto con claridad: la parte rusa no cree en la buena fe del equipo negociador de Trump. Trump no pretende aproximarse hacia la paz, sino mantener y alimentar la guerra. El equipo del presidente norteamericano, a pesar de las altisonantes declaraciones, persigue el mismo objetivo que el gabinete Biden: derrotar estratégicamente a Rusia. No negocia de buena fe. ¿Por qué, si no, se ofrece el alto el fuego tras un ataque masivo contra los civiles en Moscú? Washington pretende, por un lado, impedir que Moscú tome en consideración la propuesta (Trump apuesta por la continuación de la guerra mientras pueda obtener algún beneficio económico) y, por otro, generar una corriente de propaganda en Occidente señalando a Putin como un señor de la guerra y justificar de paso los nuevos presupuestos de guerra que empobrecerán a los de siempre.

El secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, se apresuró a señalar que la pelota estaba en el tejado ruso y que «Rusia debería mostrar buena voluntad». Inmediatamente, sus vasallos europeos repitieron el mismo discurso. Trump ha dicho por su parte que «si no conseguimos que Rusia cese el fuego, seguiremos luchando y abasteciendo a Ucrania». La opción que plantea Trump es continuar el conflicto y el suministro de armas al régimen de Kiev.

Pasada la euforia de los primeros momentos, la administración Trump enfrenta un momento de repliegue. Las promesas realizadas en campaña se estrellan contra la realidad: no se dan a conocer las listas Epstein, ni los datos secretos del asesinato de JFK, ni del 11-S; la auditoría de Fort Knox lleva camino de quedar en nada, tampoco hay deportaciones masivas y, de hecho, las redadas de inmigrantes han disminuido. Ya no habla Trump de retirar tropas de Oriente Medio. La guerra de aranceles, «hoy te castigo, mañana te perdono», corre peligro de volverse contra su propio Gobierno…

El gabinete de Trump está desesperado porque sus propuestas no se pueden implementar como él desearía. Hay una serie de mecanismos que ralentizan sus decisiones. El alto el fuego ..

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Europa, los fondos de inversión de Estados Unidos y el negocio de reconstruir Ucrania

El último viernes de febrero, víspera de carnaval, el Presidente ucraniano recibió ante el mundo una serie de lecciones políticas que todavía estamos tratando de entender. Fueron un poco carnavalescas, atendiendo a la fecha. El rasgo más abrumador tuvo que ver con la teatralidad. ¿Hubo alguna vez una puesta en la escena internacional que confirmara la idea de Guy Debord expuesta en un libro de 1967? Ese año el autor francés publicó La sociedad del espectáculo. Todo cambió desde entonces, pero su anticipación se volvió cada vez más actual.

Donald Trump se hizo conocido en su país con un asqueroso show televisivo donde la gracia consistía en pedirle a gente que hiciera tal o cual trabajo para luego despedirla. Volodimir Zelensky tuvo mucho éxito con sus comedias difundidas en la televisión de Ucrania contra los políticos y la corrupción. Ambas puntas argumentales, o telegénicas, se encontraron aquel viernes en el Salón Oval. De pronto, dos narrativas tan anodinas como reaccionarias tomaron un curso destructivo de impacto planetario. Todas las pantallas del mundo las difundían.

Estás despedido

El show televisivo de Trump era un ejercicio sádico donde siempre se humillaba a alguien y se lo expulsaba de un empleo. No intentó otra estrategia con Zelensky en la Casa Blanca. Lo echó. La prensa hizo énfasis en la brutalidad del jefe y de su Vicepresidente, el niño resentido J. D. Vance.

Trump en el reality The Apprentice, que condujo hasta 2015.

Pero esa visión pasó por alto la torpe iniciativa del debilitadísimo Presidente ucraniano. Entró a la reunión pidiendo garantías de seguridad a cambio de recursos naturales. Trump y Vance no terminaban de creer que un miserable dependiente de sus dólares y sus pertrechos les pretendiera imponer condiciones que arriesgaban un choque militar directo entre las dos potencias que cuentan, Estados Unidos y Rusia. Lo demás importa muy poco, por cierto. Los habitantes de la Casa Blanca, aparentemente, ya tenían un principio de acuerdo con Putin. Así que lo ridiculizaron en público. Zelensky no tiene vuelta atrás. Trump quiere enaltecer a su país de nuevo, pero no es tonto.

El destino del Presidente-comediante ucraniano refleja bien la cultura política occidental. Su país, según todo lo indica, ha quedado en ruinas y no es fácil imaginar las fuerzas que ayudarán a revitalizarlo. El desastre ucraniano, del que nadie en la prensa occidental hace comentario alguno, es múltiple. Los jóvenes se fueron, los que marcharon al frente están heridos, muertos, mutilados o enloquecidos, las infraestructuras fueron liquidadas, las ciudades son inhabitables en la mitad de la geografía nacional. El FMI estaba al acecho antes de la guerra y sigue allí. La clase dirigente, en el caso de que pueda seguirse hablando de algo así, es pura corrupción.

Mientras tanto, Europa quiere seguir con la guerra. Hace bien. En la medida en que Ucrania siga siendo un país, Europa tendrá que aportar a su reconstrucción. Pero cuando termine en ruinas, simplemente lo podría comprar. El negocio está en la radicalización del desastre. Europa, cuna de cultura, es, como otras veces, generador de barbarie.

Un tema de fondo consiste en determinar quién se quedará con Ucrania. Quizá no sea Europa, que está en muy mala posición puesto que se enfrenta a Rusia y, para retomar la expresión de Trump en el Salón Oval, no tiene cartas. Son los fondos de inversión de Estados Unidos los que harán su agosto. Se están apropiando de Ucrania. Ambicionan una de las praderas fértiles que alimentan al mundo y también las centrales nucleares de la época soviética. Desean controlar a Kiev. Quieren todo, como en todos lados. Lo de costumbre.

Los empleados

Es curioso que la independencia europea, ante la brutalidad de Trump, descanse en el nuevo político prominente de Alemania y seguro canciller, Friedrich Merz, que ha hecho algunas declaraciones desafiantes. Lo cual no quita que Estados Unidos tenga amplias bases militares en su país y localice armas nucleares que puede utilizar como quiera.

Pero hay algo peor. Cuando Angela Merkel marginó la carrera política de Merz, este se consagró al dinero en el fondo de inversión estadounidense BlackRock. No le fue mal. Será interesante saber si le sigue yendo bien en su nueva posición ejecutiva. Junto con Macron, es el segundo (¿ex?) banquero en el poder. Francia y Alemania son los principales países de la Unión Europea. En resumen: Europa está dirigida por banqueros al servicio de los capitales de Estados Unidos.

Ucrania, imaginada por la OTAN como una avanzada militar contra Rusia, quizá sirva ahora –que fue derrotada– como negocio. La reconstrucción es una veta interesante. Las tierras raras, que el prepotente Zelensky pensó que serían irresistibles en la Casa Blanca, siguen siendo un objeto de deseo. El tema es que sus fuentes están –y no sólo ahora– bajo control ruso. Lo que queda de Ucrania sigue siendo una de las praderas fértiles del mundo, como el llamado cinturón de Estados Unidos y l..

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¿Salvará el rearme a la Unión Europea?

“La UE se ha convertido en la correa de transmisión de la OTAN, cuando no en la rueda de repuesto, respecto a la totalidad de los asuntos esenciales, empezando por el gasto militar y el suministro de armas”

Marco d’Eramo. 2025

Es tan viejo como nuestro mundo: buscar un saludable y bien plantado enemigo para unir al pueblo e identificar el enemigo interno. Ambos asuntos están conectados y forman parte de nuestra experiencia histórica. Rusia da la talla como antagonista de lujo. Nuestro imaginario está colonizado por representaciones de un oscuro mal que viene del Este: asiáticos, rusos, soviéticos y, desde hace años, Putin. Una Unión Europea en crisis desde que Alemania impuso las políticas de austeridad, agravada -sí, agravada- por el conflicto ucraniano. El enemigo interno fue identificado desde el principio: los que se opusieron a la subordinación de la UE a los intereses estratégicos de los EEUU; los que denunciaron las políticas dirigidas y organizadas por la OTAN para aislar, asediar y presionar al país euroasiático; los que defendieron la necesidad de una salida negociada al conflicto político y militar. Con una rapidez inusitada, se impuso un discurso único que devino en disciplinario, estableciéndose un concurso en los medios para ver quien insultaba más y quien identificaba con mayor precisión a los agentes de Putin.

Con la victoria de Trump todo parece haber cambiado.; sin embargo, hay que tener cuidado con este Presidente -nos lo enseño en su anterior mandato-, la distancia entre lo mucho que dice (y rectifica) y lo que realmente hace puede ser muy grande, a veces enorme. Lo fundamental, no equivocarse en el diagnóstico. De ganar Kamala Harris -dada la dramática situación del frente militar ucraniano- tendría que haber elegido entre la escalada militar o negociar la paz. No había posiciones intermedias. La diferencia sustancial entre Trump y la candidata del Partido Demócrata es que aquel no estaba por la escalada y esta sí. Dicho de otro modo, muchos sabíamos que una de las decisiones cruciales que se dilucidaban en estas elecciones era la continuidad, ampliada y multiplicada, de la guerra en Europa. Los dirigentes y los gobernantes de la UE también lo sabían y por eso apostaron por la señora Harris.

«Nuestros gobiernos han pasado de defender la derrota sí o sí de Rusia a ponerse detrás del odiado Presidente norteamericano y exigir una tregua sin condiciones»

Una de las criticas favoritas contra los y las políticas populistas es aquello de “pretender resolver problemas complejos con respuestas simples, con discursos emotivos y sin rigor”. Lo paradójico es que, cuando nuestros sesudos tertulianos y escribidores pretenden analizar las decisiones políticas de sus adversarios o enemigos, sustituyen los argumentos con descalificaciones e insultos varios, difunden, sin apenas parpadear, los guiones temáticos producidos por las terminales gubernamentales o reproducen una y mil veces las insidias de los aparatos encargados de la lucha contra la desinformación en su fatigosa tarea de ocultar la verdad. Lo que viene a decir, aquí y ahora, Trump es claro: la escalada militar en Ucrania lleva directamente a la tercera guerra mundial; no queda otra que “imponer por la fuerza”, por la fuerza de los EEUU, una salida negociada al conflicto político-militar. Hay que estar atentos. La “narrativa” es ya distinta; ahora nuestros gobiernos han pasado, en apenas unos días, de oponerse a cualquier negociación con Putin, de defender la derrota sí o sí de Rusia (¿Qué habrá pasado con su arsenal nuclear?) a ponerse detrás del odiado Presidente norteamericano y exigir una tregua sin condiciones.

Las cosas han cambiado mucho en estos tres años de guerra en Ucrania. El genocidio del pueblo palestino y la entera situación de Asia Occidental clarifica el sentido y la orientación de esta “gran transición” geopolítica que estamos viviendo y que se acelera por momentos. Digámoslo sin rodeos: lo que se está produciendo es una gigantesca redistribución del poder a escala planetaria; es decir, lo que se está redefiniendo es el papel de las grandes potencias y sus relaciones, la posición del Sur del mundo en el nuevo orden internacional en gestación, la reforma sustancial de las instituciones internacionales y las nuevas funciones de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Bien, digan lo que digan las instituciones de la Unión Europea y de los gobiernos que la componen, su papel en esta “gran transición”, en esta mutación histórica-mundial es secundario, aliado subalterno de un bloque de poder organizado y dirigido por los EEUU. La UE hará, a final, lo que Donald Trump decida. Más allá de las protestas, de los lamentos, de las añoranzas de la espléndida etapa de Biden. Su única posibilidad es crear un escenario que obligue al Presidente norteamericano a cambiar de opinión; en eso andan, de la mano del gobierno británico con la complicidad suicida de Zelensky.

Cumbre de Londres.

Nuestros gobernantes siguen haciendo ..

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La guerra de Ucrania: análisis y antecedentes

La actual guerra de Ucrania, tal como la hemos conocido en los últimos tres años, tuvo su origen inmediato en la invasión rusa de febrero de 2022. Una primera pregunta asalta al observador: por qué Putin decide invadir Ucrania. Es claro que esta acción imperialista tiene su origen en la voluntad imperialista rusa de responder a supuestas agresiones del imperialismo occidental.

Ambas voluntades imperialistas que se contraponen nos
remiten a la lucha entre bloques geopolíticos. Encontrándonos en que para
explicarnos la guerra de Ucrania hemos de ver la relación entre ambos imperios.
Hemos de aclarar que en este planteo, referido a una coyuntura muy específica,
el capital anglo-europeo aparece como unidad. Pero sabemos que no es así.
Cuestión que se ha visto más evidente con la política de Trump, pero esto
tendrá que ser materia de otro desarrollo.

Las disputas entre bloques geopolíticos
no resultan de divergencias morales, como la libertad, la democracia, la
seguridad, o la fraternidad. Ese es el discurso que envuelve la verdadera
causa, los intereses que nutren la acumulación de sus respectivos capitales:
materias primas o recursos naturales, fuerza de trabajo, mercados,
localizaciones o rutas de transporte y comunicaciones, básicamente. Es decir,
las bases materiales de la reproducción ampliada del capital. Ucrania ofrecía
muchos de estos motivos (potencia cerealistica, recursos energéticos, tierras
raras, posicion estratégica y acceso directo al territorio ruso).

También sabemos que esta lucha
interimperialista en torno al territorio ucraniano no comenzó en 2022 y que
tiene unos antecedentes, lo cual nos lleva a mirar las relaciones entre las dos
potencias, Rusia y USA-UE, en torno al territorio ucraniano en su evolución
histórica.

Pero, hay algo más que no debe
escapar a la mirada histórica atenta. Esta guerra interimperialista histórica
de Ucrania es una forma concreta del enfrentamiento entre los dos bloques en
torno a la expansión de la OTAN en Europa oriental.

Aún más, este enfrentamiento no se limitó a la Europa
del este sino que se extendió a lo largo y ancho de la tierra. Este es el marco
que permite entender las revoluciones naranjas, primaveras árabes, golpes
suaves que riegan la historia reciente de la humanidad desde los años noventa:
Irak (1991, invasión en 2003, ocupación 2003-2011), Irán, Chechenia (1994-1996,
1999, 2005), Libia (2011, 2014-2020), Siria (2011-2024), Afganistan (2011),
Líbano, Argelia, Venezuela, entre muchos otros.

Por ello, para adquirir una comprensión amplia de la
guerra de Ucrania hay que volver la mirada a los hechos que siguen al
desmoronamiento de la URSS y, particularmente, a la lucha más o menos larvada
en torno a su área de influencia desde inicio de los años noventa del siglo
pasado. Veamos.

La caída de la URSS sunió a todo el
bloque soviético en una depresión económica y un desorden político. En los años
90, y hasta mediados de la segunda década del nuevo siglo, el incipiente
capital ruso, deslumbrado por la modernidad occidental, demanda integrarse en
el imperialismo anglo-europeo, pero será rechazado en diversas ocasiones.
También intentará restablecer la colaboración con el antiguo Comecon, pero verá
esfumarse su área histórica de influencia. No obstante, tendrá una tarea que
realizar, desarrollarse. Primero saqueando el estado ex-soviético que se repartirán
los gerentes de las empresas publicas y los burócratas del PCUS, los futuros
oligarcas. Luego, reprimiendo, explotando y empobreciendo a la clase obrera
rusa. Este ensimismamiento, en parte debido a su debilidad, lo relegará al
papel de un observador resignado de la caída del imperio ex-soviético.

Tras la reunificación alemana
(1990) donde los líderes occidentales prometerán que la OTAN no se expandirá
hacia Europa del Este, negarán a Gorbachov su propuesta de integrarse en una
OTAN reformada. Entre tanto, ayudan a los países de Europa del Este para que
vayan superando sus deprimidas economías con gobiernos prooccidentales que se
irán integrando en la UE. En cambio, a Rusia, le negarán tal auxilio y le
enviarán numerosos expertos que conduzcan su economía hacia el capitalismo. La
tarea del Occidente atlantista consistió en separar a la URSS de su área de
influencia (Europa del Este y algunos países de extremo oriente), por un lado,
mientras se fomentaba su debilidad (fraccionamiento, hostigamiento, aislamiento,
en definitiva que no despierte el oso), por el otro. Cualquiera que fuese la
causa de la dinámica centrífuga de la URSS/Rusia, la tarea del imperialismo
atlantista fue favorecerla. Así la expotencia mundial quedaba relegada a un
papel subsidiario en la división internacional del trabajo le tenía asignado a
Rusia en la acumulación mundial de capital

En 1991 se disuelve la URSS,
declarándose el final de la guerra fría con la victoria del capitalismo
atlantista. Fukuyama proclamará el final de la historia que los intelectuales
occidentales celebrarán. Le tocará a Yeltsin contemplar como el i..

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Persecución, derechos humanos y dobles estándares

Tras pasar casi dos años y medio en una cárcel de máxima seguridad y mientras mis derechos siguen siendo vulnerados en la Unión Europea, tomo la palabra.

Ante todo, quiero agradecer el esfuerzo de tantas y tantas personas que se han volcado en la defensa de mis derechos básicos, aquellos que son inherentes a toda persona, empezando por la presunción de inocencia. A quienes habéis alzado la voz por mí, sin conocerme en su mayoría, sin entrar a valorar si soy culpable o inocente, pero sí reconociéndome como sujeto de derechos, a vosotras y vosotros, gentes de Sevilla, Madrid, Valencia, Valladolid, Galicia, La Rioja, Catalunya y, sobre todo, Euskadi: ESKERRIK ASKO, GRACIAS, GRÀCIES, GRAZAS.

Desde que recuperé la libertad, he sido objeto de un intento de linchamiento mediático. Se han difundido una enorme cantidad de mentiras e imprecisiones sobre mí, mi vida y el caso de espionaje abierto en mi contra en Polonia. No me cabe duda de que todo esto es una provocación destinada a asustarme, a blanquear a los servicios secretos de los países de la OTAN y a encubrir sus flagrantes violaciones de derechos humanos. Pero, sobre todo, buscaban provocarme.

Tal vez no todos sepan que, tras el intercambio, soy la única persona de todas las que fuimos liberadas cuyo caso no ha sido cerrado. El expresidente Biden firmó amnistías para los presos que salieron de sus cárceles, y varios países europeos encontraron fórmulas legales para liberar y exonerar a los suyos. Rusia hizo lo mismo. Solo en mi caso sigue existiendo un proceso zombi. Hacen todo lo posible para mantenerme lejos.

¿Por qué querrían hacer algo así? ¿Porque represento un peligro para la seguridad nacional de Polonia? Por supuesto que no. Simplemente, buscan mantenerme alejado como una voz crítica que conoce demasiado bien sus métodos. Alguien que también ha visto de primera mano cómo operan, en realidad, las democracias “pro-derechos humanos” en el espacio postsoviético: cómo provocan conflictos, suministran armas y, ante todo, acusan a los demás de cometer sus propios pecados.

Buscan mantenerme alejado como una voz crítica que conoce demasiado bien sus métodos. Alguien que también ha visto cómo provocan conflictos, suministran armas y, ante todo, acusan a los demás de cometer sus propios pecados

Siempre me he manifestado en contra de su proyecto de uniformización de los pueblos, de su intento de estandarizarnos y despojarnos de nuestra identidad. Programas como USAID y otros similares han trabajado arduamente en ello. Lo he denunciado y, por eso, he sido señalado. Ahora que sale a la luz la realidad de esas organizaciones, muchos se sorprenden. Pero cuando yo lo advertía, me tachaban de conspiranoico.

Solo para recordar: Polonia me tuvo durante dos años y medio en el módulo de aislamiento. Sufrí registros diarios, tanto personales como en mi celda. Me sometieron a un trato denigrante, obligándome a desnudarme y hacer sentadillas. Solo podía salir una hora al día para pasear por un cubículo de 3,5 por 6,5 metros. Mi celda tenía una ventana que no se abría, lo que provocaba una ventilación deficiente y la formación de humedades y hongos en las paredes. Además, la ventana era opaca, impidiéndome ver el exterior. Os invito a pasar 23 horas diarias en esas condiciones, solo por experimentar. No es muy agradable.

El contacto con mis familiares, especialmente con mis hijos menores de edad, era por carta. Fiscalía me negó las llamadas telefónicas o por vídeo, ya que en sus palabras ¡yo podría transmitir a mis hijos información secreta en código y así influir en el caso! Por el mismo motivo todo mi correo era censurado. Muchas cartas no me llegaron nunca. Otras, las que sí lo hicieron, eran traducidas primero, leídas en fiscalía y servicios secretos y solo tras eso llegaban a mis manos. De esta manera lo normal es que una carta me llegara al cabo de 2-3 meses tras ser echada al buzón. Es decir que para comunicarme con mis hijos carta-respuesta necesitaba unos 4-6 meses.

Pedí varias veces hablar con el psicólogo, pero esas charlas eran bastante deprimentes. En una me retó a probar a suicidarme si estaba mal

Perdí 20 kilos en los primeros meses en prisión antes de empezar a recibir ayuda. El menú gratuito era absolutamente insuficiente. Dos terceras partes de las calorías que consumía en prisión las obtenía de la compra que podía hacer de una lista muy limitada de productos. Sin esa ayuda proporcionada por mi familia, amigos y gente a la que no le era indiferente, hubiera pasado hambre y mi salud se hubiera resentido aún más. La salud psicológica tampoco ayudaban a cuidarla. Pedí varias veces hablar con el psicólogo, pero esas charlas eran bastante deprimentes. Así, en una me retó a probar a suicidarme si estaba mal, ya que en sus palabras textuales “no es tan sencillo como parece”. Eso sí, me ofrecieron pastillas, como los llamaban los “psicotrópicos”, para estar más tranquilo y no molestar con mis quejas. Me negué a tomar esas pastillas.

Por cierto, sigo tratá..

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Contra el rearme europeo

El Reino Unido y Francia, las únicas potencias nucleares europeas (aparte de Rusia) y de tradición colonialista, aspiran a dirigir este proceso belicista. De ese liderazgo, bajo dependencia estadounidense, no se quiere descolgar el otro coloso económico, Alemania, que ha aprobado con el voto democristiano, socialdemócrata y verde -antes de la constitución del nuevo parlamento en el que podrían no conseguir los dos tercios imprescindibles-, otro medio billón de euros, para su plan particular de rearme militar y reestructuración económica.

La carrera armamentística en
Europa se pone en marcha o, más bien, se acelera, con una
orientación común a la estadounidense, funcional para los objetivos
compartidos de hegemonía occidental a nivel mundial. Mientras tanto,
la guerra en Ucrania se está terminando y en Palestina y Oriente
Próximo se guarda un consenso ante el genocidio, la limpieza étnica
y la colonización por el Gobierno prooccidental israelí.

El problema de fondo es el
sentido del rearme militar, la debilidad de su justificación, aunque
hay un gran consenso político y mediático. El dilema es en qué
grado de subordinación o reequilibrio de poder se coloca Europa,
según los planes trumpistas
y los forcejeos europeos. No se trata solo de la Unión Europea, sino
que en este ámbito de defensa tiene un papel relevante el Reino
Unido, aunque también Turquía -Oriente Próximo- y Noruega -Ártico-
en el marco de la OTAN o de la alianza occidental (y oriental, hasta
el Asia-Pacífico). Supone un difícil reajuste de la cobertura
institucional.

Sin autonomía estratégica
y con menos seguridad

Aparecen cuestionados los dos
grandes argumentos y objetivos para el rearme europeo. El primero,
esa militarización urgente no facilita la autonomía estratégica
europea respecto del poderío militar estadounidense y su complejo
militar industrial, del que dependen dos tercios de sus armas y su
adquisición inmediata. Hasta medio plazo, al menos una década, no
hay capacidad industrial y tecnológica para garantizar esa autonomía
militar respecto de EEUU. O sea, las élites dirigentes europeas no
se replantean la salida de la OTAN ni la insubordinación jerárquica
del mando militar estadounidense. Tampoco hay suficientes motivos
políticos en los gobiernos europeos para romper la alianza
atlántica, ni siquiera para formar un ejército autónomo o un brazo
europeo en la OTAN.

Por otra parte, está clara la
existencia del suficiente gasto militar europeo, superior al de
Rusia, para demostrar capacidad disuasoria, incluso nuclear. El
rearme europeo tampoco sirve para mejorar su competencia económica y
tecnológica, a la que aspiraba el plan Draghi, precisamente del
mismo importe, y hoy sustituido en gran parte por éste que prioriza
el gasto militar… con la compra a EEUU de lo fundamental y sin
innovación tecnológica.

Por tanto, la declamada
autonomía estratégica europea no va en serio. Las élites
dirigentes extreman la amenaza rusa y el desamparo estadounidense
para negociar una recolocación menos desfavorable en la alianza
occidental, imprimir una dinámica prepotente, frenar la trayectoria
democrática y social europea, así como intentar legitimarse ante su
fiasco político y doctrinal. En todo caso, haciendo de la necesidad
virtud, pretenden dar la apariencia de disminuir su dependencia de
EEUU, pero sin romper con Trump y su modelo expansionista y
autoritario.

En ese sentido, hay que
recordar que la máxima expresión de la autonomía estratégica
europea, derivada de la oposición franco-alemana y de la mayoría de
las poblaciones europeas y española, fue frente a la intervención
militar en Irak en 2003, precisamente por el trio de las Azores, el
republicano Bush, el laborista Blair y el conservador Aznar, con el
inicio de los grandes bulos de las armas de destrucción masiva. La
posición mayoritaria en Europa tenía una amplia conciencia
pacifista y se reforzó la autonomía europea frente a ese
militarismo injustificado… y todavía dura hoy, actitud
antibelicista que siguen combatiendo los poderosos.

Pero las administraciones
estadounidenses no podían dejar pasar ese precedente y ya, con la
involucración de la OTAN en Afganistán, disciplinaron a los
gobiernos europeos, que tuvieron que participar y asumir el fracaso
de aquella aventura.

Lo curioso es que ahora los
dirigentes europeos defienden la autonomía estratégica para
legitimar el rearme militar, de forma seguidista a la carrera
armamentista estadounidense, y con una orientación más belicista
que ellos ante la tregua impuesta en la guerra Ucrania/Rusia. Al
mismo tiempo, Trump se plantea la readecuación estratégica en el
Asia-Pacífico, frente a China, con la colaboración europea desde la
subalternidad.

Desde la tradición cívica y
pacifista europea, la oposición principal es al rearme militar,
innecesario y contraproducente. Todavía más cuando hay un
equilibrio de fuerzas, con la superior capacidad económica, militar,
tecnológica y demográfica respecto de Rusia. No tiene sentido la
just..

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La Unión Europea nos roba

Hace unos años nos impusieron un organismo supranacional, decían que para coordinar mejor las políticas de los países europeos, pero la operación real consistió en quitar gran parte de la soberanía (económica y política) de dichos países, no demasiado democráticos, para dárselo a la UE, un organismo bastante opaco y mucho menos democrático aún que, como estamos comprobando, no está al servicio de los europeos, sino de las grandes corporaciones.

De la misma forma nos metieron en la OTAN (OTAN, de entrada NO, dijo el PSOE) para quitarnos también la soberanía militar y entregársela a los EEUU.

Allí ha llegado a la presidencia un delincuente que, para garantizar su poder se pone en manos del poder real norteamericano: el “complejo industrial-armamentístico” que, como es lógico (para sus intereses) dice que hay que rearmarse.

Los dirigentes de la UE, que nadie sabe quién los ha puesto ahí, obedecen las órdenes de inmediato y el presidente Sánchez se adhiere a la causa para tratar de asentar su liderazgo internacional. Como esa posición no gusta mucho en su propio país, dice que rearme sí, pero sin perjudicar los servicios sociales, cosa que sabemos imposible, pero ya estamos acostumbrados a que PSOE y PP, en la UE voten juntos y en España simulen una enemistad irremediable mientras adoptan la misma política económica. La Política como Teatro.

Los gobernantes europeos piden un ejército europeo, pero no hablan ni de salir de la OTAN, ni de coordinar los ejércitos de los países miembros. Lo que realmente piden es más gasto militar, como manda la corrupción, a costa de nuestros bolsillos. Y Alemania, industria militar para paliar su crisis industrial.

Esto, que llamaban Democracia, se va convirtiendo en una dictadura político-económica en la que vamos perdiendo derechos sociales, políticos y económicos, mediante gobiernos títeres manejados (corrupción mediante) por las Grandes Corporaciones.

Mientras tanto, como los jóvenes no quieren combatir, los ucranianos están recurriendo a los presos para mantener su guerra. La historia se repite, así consiguieron Las Españas llenar las naves para sus expediciones de guerras y descubrimientos.

Blog del autor: https://antoniocampuzano.es/2025/03/23/la-union-europea-nos-roba/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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La OTAN europea enloquece y se suma a la guerra contra Rusia

El lunes 24 tuvo lugar un encuentro entre Estados Unidos y Rusia con presencia de la parte ucraniana para negociar una paz. El pasado sábado Trump confirmó que el ejército que invadió Kursk estaba rodeado y debía deponer las armas y pidió en público a Putin que tuviera clemencia con las tropas que quedaron dentro del bolsón. Putin respondió que la clemencia rusa se refería solo a las tropas ucranianas, esa precisión no augura nada bueno para las numerosas tropas regulares de la OTAN que participaron con uniforme ucraniano en esa invasión de la provincia rusa de Kursk.

La inesperada solicitud de Trump hace presumir que entre las tropas aisladas en el bolsón que se formó mientras escapaban de vuelta al territorio ucraniano debe de haber muchos mercenarios originarios del ejército estadounidense que fueron enviados a participar en esa invasión del territorio ruso en un intento de capturar la central nuclear de Kursk y se decidió en la época del presidente Joe Biden.

Los jefes de Estado mayor de los países europeos de la OTAN reunidos en Bruselas decidieron que van a acumular armamento y tropas en Polonia y Rumania para provocar a Rusia con una intervención militar por tierra mar y aire con el ostensible pretexto de sostener una teórica tregua de la que Rusia aún no es parte. La OTAN, ante el inminente colapso del régimen de Zelensky, quiere correr tardíamente a salvarlo aún con el riesgo de desencadenar, partiendo del territorio europeo, una tercera guerra mundial que ya Trump esquivó declarando que las tropas europeas que ingresen en Ucrania para apoyar a Zelensky no gozarán de la protección del Artículo 5 de la OTAN.

Eso quiere decir que si los socios europeos quieren guerra con Rusia la obtendrán pero sin apoyo estadounidense. En Ucrania los rusos han limitado el ejercicio de su poder bélico porque luchan contra un pueblo hermano con el que hay mucho parentesco, pero cundo luchen contra los rusófobos europeos de la OTAN no van a tener esas consideraciones. Por por eso es probable que el engreimiento de los enanos militares europeos sea castigado con toda la furia guerrera de Rusia, algo que los alemanes y franceses que alguna vez lucharon contra los rusos parecen haber olvidado en estos últimos 70 años. Los estadounidenses han preferido abstenerse de aprender esa lección

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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